EUROPA
PRESS
13 enero
2020
¿Los
crucigramas y los sudokus ayudan a prevenir la demencia?
La demencia es un término general que
suele significar un deterioro grave de la capacidad mental que interfiere con
la vida cotidiana de la persona. La pérdida de memoria es un ejemplo. El
Alzheimer es el tipo más común de demencia, aproximadamente en el 70% del total
de casos, según datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN).
Actualmente, en España, según estimaciones de esta sociedad
científica, podrían existir unas 800.000 personas que padecen la enfermedad. El
Alzheimer es la principal causa de discapacidad en personas mayores y la
patología que genera uno de los mayores gastos sociales: el coste por paciente
de Alzheimer se cifra entre 27.000 y 37.000 euros anuales.
"La demencia tiene lugar cuando surgen unos síntomas
que indican una disfunción cognitiva en la persona. Estos pueden afectar a
varias esferas cognitivas de la persona, como la memoria, la atención, o a
nuestra capacidad ejecutiva, o incluso al lenguaje, y hacerlo de manera
progresiva", subraya el doctor Juan Carlos Portilla, vocal de la Sociedad
Española de Neurología (SEN) en una entrevista con Infosalus, quien precisa
también que estos síntomas iniciales de demencia a veces pueden identificarse
con cambios en la conducta o en la personalidad del sujeto.
Ante este escenario, es vital intentar prevenir al máximo la
demencia. Está muy extendido entre la población en general, por ejemplo, el
hacer sudokus o crucigramas, con esa idea de prevenir la demencia pero, ¿hasta
qué punto esto sirve de algo?
"Hay muchos estudios poblaciones sobre qué factores
ambientales pueden ayudar a prevenir la demencia. Se sabe que en aquellas
personas que realizan una actividad física, como caminar, evitan tóxicos, o
controlan los factores de riesgo cardiovascular, la aparición de la demencia es
menos frecuente que entre quienes no siguen una vida física sana", remarca
el neurólogo.
El papel de la
reserva cognitiva
Por otro lado, el vocal de la SEN subraya que se sabe que la
intensidad o el ritmo del desarrollo una vez aparecida la demencia, o los
primeros síntomas del deterioro cognitivo, son más lentos en aquellas personas
con mejor reserva cognitiva, la capacidad previa cerebral que tiene la persona
antes de la demencia.
"Es decir, en las personas con mejor reserva cognitiva,
los síntomas más limitantes de la demencia aparecen de forma atenuada, y más
tarde", advierte el neurólogo. Aquí es donde se habla de la salud
cerebral, no sólo con las medidas físicas antes mencionadas, sino también con
la actividad intelectual, a través de la lectura, o de la socialización
(conversar con alguien), por ejemplo.
También el poder ejercitar nuestro cerebro a través de
juegos, tipo sudokus o crucigramas, que faciliten el desarrollo de determinadas
funciones cerebrales como la atención y la memoria, son muy útiles a la hora de
prevenir la demencia, a juicio del experto. Es más, Portilla asegura que, si se
hacen de forma regular, se refuerza nuestra reserva cognitiva.
Eso si, avisa de que no hay estudios que pongan a dos
personas haciendo crucigramas y a otros no haciéndolos y se demuestre cuánto
ayuda a la persona. "Lo que sí que existe es una evidencia clara en todo
lo anterior", resalta Portilla.
De hecho sostiene que, una vez que se establece ese fallo
cognitivo propio de la demencia, en su tratamientolas terapias ocupacionales
centran gran parte de su tiempo en este y otro tipo de juegos, algo
"fundamental" para la actividad cerebral.
"Esto forma parte de la terapia de la demencia y es
eficaz. Está comprobado científicamente, no tanto sobre el curso natural de la
enfermedad, pero sí para que esos síntomas de deterioro cognitivo retrasen
cuanto más tarde mejor la aparición de su nivel máximo, porque será cuando esa
persona sea realmente dependiente", sentencia el vocal de la SEN.
En este sentido, los doctores Christopher Kelly y Marc
Einsenberg en '¿Saldré de esta, doctor? (Ediciones Vergara) coinciden con el
especialista en que, por el momento, no existen pruebas que nos permitan
afirmar que una intervención concreta pueda intervenir o retrasar la aparición
de la demencia.
También señalan que hoy en día se carece de pruebas que
demuestren que los programas cognitivos que se anuncian ofrezcan más beneficios
que otras actividades más sencillas como leer el periódico o resolver
crucigramas. "Aunque algunos estudios han demostrado que se puede mejorar
la actividad cerebral combinando distintos ejercicios cerebrales con la
actividad física y una buena dieta, el efecto es más bien de corto
alcance", aprecian.
Estos doctores consideran que lo mejor que podemos hacer
para prevenir la demencia es llevar una vida sana comiendo mucha fruta, verdura
y cereales, minimizando el consumo de carne roja o azúcares añadidos, haciendo
ejercicio, como media hora de bici, caminar deprisa o correr casi a diario y
manteniendo una vida social activa son útiles para prevenir la demencia.